¿POR QUÉ SE RELACIONAN LA BAJANTE DEL RÍO PARANÁ Y LOS INCENDIOS DEL DELTA?
Cuando una práctica antrópica se realiza en el tiempo y lugar incorrecto.
El gas de los pantanos, usados por los antiguos, es la forma más eficiente, natural y ecológica
de iluminar y cocinar, solo unos pocos pobladores de las islas aún conservan esa tradición.
Atir Broggia es uno de los que mantienen vigente una tradición isleña de añares. Extrae gas
subterráneo a través de un sistema artesanal mediante la conexión de caños de gas. La comida
y el mate se cuecen a fuego lento.
Atir Broggia, de él se trata, es tercera generación de isleños. Broggia vive en el arroyo Pacífico,
en el delta de San Fernando; apenitas cruzando el Paraná de las Palmas y desde siempre usa el
metano acumulado de las entrañas de su tierra. Se lo conoce como “Gas de los pantanos”.
“Hemos encontrado que existe una relación directa entre la dinámica hídrica y la aparición de
los focos de incendio en el Delta”
“Las posibles causas de esta relación están vinculadas con periodos prolongados de niveles
hidrométricos altos, donde las turbas saturadas producen metano. En condiciones normales
el metano se mantiene a 18 grados y no es inflamable, pero el problema llega cuando hay
sequías”, sostuvo el ingeniero Eduardo Diaz, en julio de 2021.
El coordinador del Proyecto de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNER, Eduardo Díaz, explicó
en aquella oportunidad, la relación entre estos dos desastres naturales que impactan en el
corazón de la Argentina.
La alerta hidrológica es una preocupación para el Delta. Eduardo Díaz, coordinador del Proyecto
de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos, realiza con su
equipo una investigación para contribuir a la toma decisiones sobre los recursos naturales de la
región. “Hemos encontrado que existe una relación directa entre la dinámica hídrica y la
aparición de los focos de incendio en el Delta”, aseguró.
Cuando el río empieza a descender dejando la turba expuesta, el gas se va liberando, aumenta
su temperatura al punto de convertirse inflamable y se enciende espontáneamente. Los
incendios son difíciles de controlar y apagar, ya que el fuego sigue vivo bajo la superficie, debido
a que el metano está por debajo del nivel del terreno y reaparece a 100, 200 o 500 metros de
distancia.
El investigador, explicó que cuando el río empieza a descender dejando la turba expuesta, el gas
se va liberando, aumenta su temperatura al punto de convertirse inflamable y se enciende
espontáneamente. Díaz, también remarcó que las prácticas de los productores agropecuarios tienen incidencia,
“por los momentos del año en que realizan la quema para el pastoreo”.
“En conclusión, la generación de metano con niveles hidrométricos altos, las turbas saturadas,
el descenso de los niveles hidrométricos y la liberación del metano producen el incendio,
quizás también estimulado por alguna acción antrópica”, explicó el investigador quien tiene
como objetivo desarrollar un programa de alerta temprana que permita controlar y mitigar
potenciales.
Hace un mes atrás, el problema surgió en Mendoza.
Guaymallén, Mendoza, todavía sigue asombrada por la aparición de pozos en los que sale humo
hirviendo y en los cuales la tierra llega a alcanzar los 300°C. Este fenómeno ya generó enormes
inconvenientes a los vecinos ya que muchos resultaron heridos al acercarse.
Por el momento ni las autoridades ni especialistas puedan explicar los motivos de dichas
apariciones que ocurren, sobre todo, durante las noches. La primera hipótesis que se puso en
cuestionamiento era sobre posibles incendios subterráneos, pero ya fue descartado por
geólogos.
Otros indican que existe una probabilidad de que sea el fenómeno denominado "Turba" que
son suelos carbonosos que se formaron como resultado de una descomposición libre de oxígeno
de las plantas muertas y que al aumentar su temperatura permite que la "tierra arda".
Dos fenómenos relacionados, una teoría que lo explica.
Volviendo al gas de los pantanos: “Antes era una práctica muy usual en el Delta sacar gas
Metano, solo que en aquel entonces se lo encontraba a sólo cinco metros de profundidad. Hoy,
en cambio hay que buscarlo 20 metros bajo tierra”, remarca Broggia. Es que al igual que ocurre
a gran escala, sucede lo mismo en el terreno de Broggia: las reservas se agotan y es necesario
buscar el gas metano cada vez más en las entrañas de la tierra.
Fuentes: Desde el conocimiento, reportaje al Ingeniero Eduardo Diaz, Universidad Nacional de
Entre Ríos, julio de 2021.
Artículo publicado en Diario 26, 12 de agosto de 2022
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