Arsénico
Nota descriptiva N°372
Diciembre de 2012
Diciembre de 2012
Datos y cifras
·
El
arsénico está presente de forma natural en niveles altos en las aguas
subterráneas de varios países.
·
El
arsénico es muy tóxico en su forma inorgánica.
·
Su
mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua
contaminada para beber, preparar alimentos y regar cultivos alimentarios.
·
La
exposición prolongada al arsénico a través del consumo de agua y alimentos
contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a
problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y
diabetes.
·
La
intervención más importante en las comunidades afectadas consiste en prevenir
que se prolongue la exposición al arsénico implantando un sistema seguro de
abastecimiento de agua potable.
Fuentes de
exposición
El arsénico es un elemento natural de la
corteza terrestre; ampliamente distribuido en todo el medio ambiente, está
presente en el aire, el agua y la tierra. En su forma inorgánica es muy tóxico.
La exposición a altos niveles de arsénico
inorgánico puede deberse a diversas causas, como el consumo de agua contaminada
o su uso para la preparación de comidas, para el riego de cultivos alimentarios
y para procesos industriales, así como al consumo de tabaco y de alimentos
contaminados.
La exposición prolongada al arsénico
inorgánico, principalmente a través del consumo de agua contaminada o comida
preparada con esta y cultivos alimentarios regados con agua rica en arsénico
puede causar intoxicación crónica. Los efectos más característicos son la
aparición de lesiones cutáneas y cáncer de piel.
Consumo
de agua y alimentos
El arsénico representa una amenaza
importante para la salud pública cuando se encuentra en aguas subterráneas
contaminadas. El arsénico inorgánico está naturalmente presente en altos
niveles en las aguas subterráneas de diversos países, entre ellos la Argentina,
Bangladesh, Chile, China, la India, México y los Estados Unidos de América. Las
principales fuentes de exposición son: el agua destinada a consumo humano, los
cultivos regados con agua contaminada y los alimentos preparados con agua
contaminada.
Los pescados, mariscos, carnes, aves de
corral, productos lácteos y cereales también pueden ser fuentes alimentarias de
arsénico, aunque la exposición a través de estos alimentos suele ser muy
inferior a la exposición a través de aguas subterráneas contaminadas. En el
marisco, el arsénico está presente principalmente en su forma orgánica menos
tóxica.
Procesos
industriales
El arsénico se utiliza industrialmente
como agente de aleación, y también para el procesamiento de vidrio, pigmentos,
textiles, papel, adhesivos metálicos, protectores de la madera y municiones. El
arsénico se emplea asimismo en los procesos de curtido de pieles y, en grado
más limitado, en la fabricación de plaguicidas, aditivos para piensos y
productos farmacéuticos.
Tabaco
Las personas que fuman tabaco también
pueden estar expuestas al arsénico inorgánico que contiene el tabaco natural,
ya que las plantas de tabaco absorben esencialmente el arsénico presente de
forma natural en el suelo. Por otro lado, el riesgo de exposición al arsénico
era mucho mayor hace unos años, cuando había costumbre de tratarlas con
insecticidas a base de arseniato de plomo.
Efectos en la salud
El arsénico existe tanto en forma orgánica
como inorgánica. Los compuestos de arsénico inorgánico (como los que se
encuentran en el agua) son extremadamente tóxicos, en tanto que los compuestos
de arsénico orgánico (como los que se encuentran en pescados y mariscos) son
menos perjudiciales para la salud.
Efectos
agudos
Los síntomas inmediatos de intoxicación aguda
por arsénico incluyen vómitos, dolor abdominal y diarrea. Seguidamente,
aparecen otros efectos, como entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies
o calambres musculares y, en casos extremos, la muerte.
Efectos
a largo plazo
Los primeros síntomas de la exposición
prolongada a altos niveles de arsénico inorgánico (por ejemplo, a través del
consumo de agua y alimentos contaminados) se observan generalmente en la piel e
incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y durezas y callosidades en
las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis). Estos
efectos se producen tras una exposición mínima de aproximadamente cinco años y
pueden ser precursores de cáncer de piel.
Además de cáncer de piel, la exposición
prolongada al arsénico también puede causar cáncer de vejiga y de pulmón. El
Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado
el arsénico y los compuestos de arsénico como cancerígenos para los seres
humanos; el arsénico presente en el agua de bebida también ha sido incluido en
esa categoría por el CIIC.
Entre los demás efectos perjudiciales para
la salud que se pueden asociar a la ingesta prolongada de arsénico destacan los
que siguen: problemas relacionados con el desarrollo, neurotoxicidad, diabetes
y enfermedades cardiovasculares. En China (Provincia de Taiwán), la exposición
al arsénico se ha vinculado a la «enfermedad del pie negro», una afección grave
de los vasos sanguíneos que causa gangrena. Sin embargo, esta enfermedad no se
ha observado en otras partes del mundo; es posible que la malnutrición
contribuya a su desarrollo.
Magnitud del
problema
La contaminación por arsénico de las aguas
subterráneas es un problema muy extendido; varias regiones presentan niveles
importantes de consumo de agua contaminada.
En Bangladesh el arsénico ha cobrado gran
protagonismo desde que se descubrió, en los años noventa, que este elemento
está ampliamente presente en el agua de los pozos. Desde entonces, se han
logrado notables progresos, y el número de personas expuestas al arsénico en
niveles superiores a los permitidos por las normas nacionales de calidad del
agua potable ha disminuido en alrededor de un 40%. Pese a estos esfuerzos, se
estima que el número de personas con riesgo de exposición a concentraciones de
arsénico superiores a la norma nacional de 50 μg/litro y al valor guía de la
OMS de 10 ug/litro ronda en Bangladesh los 20 millones y los 45 millones de
personas, respectivamente.
Los síntomas y signos asociados a elevados
niveles de exposición prolongada al arsénico inorgánico difieren entre las
personas, los grupos de población y las zonas geográficas. No existe pues una
definición universal de las enfermedades causadas por el arsénico, lo que
complica la evaluación de su carga para la salud.
De modo análogo, no existe tampoco un
método para distinguir los casos de cáncer causados por arsénico de los
inducidos por otros factores, por lo que se carece de una estimación fiable de
la magnitud del problema a nivel mundial.
En 2010, el Comité Mixto FAO/OMS de
Expertos en Aditivos Alimentarios reevaluó los efectos del arsénico en la salud
humana, a la luz de los nuevos datos disponibles. Una de sus conclusiones fue
que en el caso de algunas regiones del mundo donde las concentraciones de
arsénico inorgánico en el agua de bebida superan los 50-100 μg/litro hay cierta
evidencia de efectos adversos. En otras regiones, donde las concentraciones de arsénico en el agua son
elevadas aunque no tanto (10-50 μg/litro) el Comité concluyó que, si bien
existe el riesgo de efectos adversos, estos presentarían niveles de incidencia
bajos, que serían difíciles de detectar dentro de un estudio epidemiológico.
Prevención y
control
La intervención más importante en las
comunidades afectadas consiste en prevenir que se prolongue la exposición al
arsénico implantando un sistema seguro de abastecimiento de agua potable
destinada al consumo como agua de bebida, a la preparación de alimentos y al
riego de los cultivos alimentarios. Existen diversas opciones para reducir los
niveles de arsénico en el agua potable.
·
Sustituir
las fuentes de abastecimiento con elevados niveles de arsénico, por ejemplo
aguas subterráneas, por fuentes de abastecimiento con bajos niveles de arsénico
y microbiológicamente seguras, por ejemplo agua de lluvia o aguas superficiales
debidamente tratadas. Una opción es reservar el agua con bajos niveles de
arsénico para beber, cocinar y regar y utilizar el agua con mayor concentración
para otros fines, por ejemplo para bañarse o lavar la ropa.
·
Discriminar
entre las fuentes de abastecimiento con altos niveles de arsénico y las fuentes
con bajos niveles de arsénico. Por ejemplo, analizar los niveles de arsénico en
el agua y pintar los pozos canalizados o las bombas de mano de diferentes
colores. Esto puede ser una solución eficaz y económica para reducir
rápidamente los niveles de exposición, siempre que vaya acompañada de la
oportuna campaña educativa.
·
Mezclar
agua con bajos niveles de arsénico con agua de concentración más elevada a fin
de conseguir más cantidad de agua con un nivel de concentración aceptable.
·
Instalar
sistemas de eliminación del arsénico – ya sea de manera centralizada o a nivel
doméstico – y asegurar que el arsénico eliminado se someta a un tratamiento de
residuos adecuado. Entre las tecnologías que permiten eliminar el arsénico
destacan la oxidación, la coagulación-precipitación, la absorción, el
intercambio de iones y diversas técnicas de membranas. Existe un número cada
vez mayor de opciones eficaces y económicas para eliminar el arsénico en las
fuentes de abastecimiento de agua a pequeña escala o de tipo doméstico.
Se precisan asimismo intervenciones a
largo plazo para reducir la exposición ocupacional asociada a diversos procesos
industriales.
La educación y la participación de la
comunidad son factores fundamentales para asegurar que las intervenciones den
buen resultado. Es
necesario que los miembros de cada comunidad comprendan los riesgos asociados a
la exposición a altos niveles de arsénico y las fuentes conexas, como la
ingesta de arsénico a través de cultivos alimentarios (por ejemplo, el arroz)
regados con agua contaminada o a través de alimentos cocinados con agua
contaminada.
También es primordial someter a las
poblaciones de alto riesgo a un seguimiento continuo para detectar los signos
tempranos de la intoxicación por arsénico, que suelen presentarse en forma de
problemas dermatológicos.
Respuesta de la OMS
El
arsénico es una de las 10 sustancias químicas que la OMS considera más
preocupantes para la salud pública. Los
esfuerzos de la Organización por reducir la exposición al arsénico incluyen el
establecimiento de valores guía, el examen de los datos científicos disponibles
y la formulación de recomendaciones para la gestión de los riesgos. La OMS ha
definido un valor guía para el arsénico en susGuías para la calidad del agua
potable cuya finalidad es servir en el
mundo entero de base para las tareas de reglamentación y normalización en esta
esfera. En estos momentos, el límite recomendado para la concentración de
arsénico en el agua potable es de 10 μg/l, aunque este valor de referencia se
considera provisional dadas las dificultades de medición y las dificultades
prácticas relacionadas con la eliminación del arsénico del agua de bebida.
Cuando hay problemas para respetar el valor guía, los Estados Miembros pueden
establecer límites más elevados teniendo en cuenta las circunstancias locales,
los recursos disponibles y los riesgos asociados a fuentes con bajos niveles de
arsénico contaminadas microbiológicamente.
1 Flanagan, SV, Johnston RB and
Zheng Y (2012). Arsenic in tube well water in Bangladesh: health and economic
impacts and implications for arsenic mitigation.Bull World Health Organ 90:839-846.
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